LA CAPACIDAD DE SER DISTINTO Y SER RECONOCIBLE EN TUS PRODUCTOS: EL SELLO PROPIO, LA MARCA PERSONAL
Algunos directores de cine han sido capaces de crear un estilo propio, reconocible en todas sus obras, que ha perdurado durante los años, incluso tras su fallecimiento. Esto se demuestra cuando una vez que el espectador ve una película, sin necesidad de mirar en los créditos el nombre del director, ya sabe quién es.
Por el momento, en el cine más o menos actual podríamos decir
que algunos directores como Tim Burton o Quentin Tarantino lo han conseguido a
la perfección. Esto puede repercutir de dos maneras contrarias en lo que los
espectadores piensan de ellos, o bien los aman o bien los odian, hay quien
considera que no existe un punto medio, ya que los estilos de estos directores
son muy marcados y te pueden gustar o no, sin medias tintas.
Gracias a la exposición que se puede ver en la Fundación
Telefónica sobre la vida de Alfred
Hitchcock, hasta el 5 de febrero, comprendemos el transcurso desde que este
director de cine empezó a trabajar como tal hasta convertirse en una especie de
leyenda.
Alfred siempre quiso dejar su marca propia en todo aquello
que hacía, durante su larga carrera de cerca de 50 años como cineasta. La
manera de ampliar detalles en sus películas y centrar la atención del
espectador en ellos fue algo que comenzó a estar de moda durante 1920 y de lo
que el director se valió para darle ese toque a sus películas que las hacía
suyas, además de la utilización de imágenes de impacto que para la época que
eran bastante novedosas.
Además, también es destacable que la idea al completo de los
filmes era del propio Hitchcock, desde la parte de producción hasta la dirección
(la historia en general), incluyendo la propaganda de las películas, por lo que
consiguió escenas tan conocidas y relevantes en el mundo del cine como las de
la ducha en la película Psicosis.
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